Es una pregunta recurrente en la consulta diaria, cómo saber si tu perro o gato tiene dolor. O incluso a veces los propietarios se sorprender cuando les decimos “parece que tiene dolor”
A continuación os explicamos en qué nos basamos para saberlo y catalogarlo.
Los animales expresan de manera diferente el dolor a los humanos, a diferencia de nosotros que podemos verbalizar o señalar los puntos álgidos, ellos lo manifiestan de diferentes maneras.
Existen diferentes factores que pueden modificar la respuesta al dolor, por ejemplo un cachorro tendrá menor tolerancia al dolor que un perro adulto, o bien determinadas razas tener un mayor umbral del dolor que otras. De la misma manera los paciente felinos tiene respuestas pasivas por ser menos expresivos que los perros, además de camuflar las señales de debilidad como pudiera ser la enfermedad en sí misma.
Los veterinarios nos basamos en diferentes parámetros como pueden ser valores fisiológicos /frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria), valores analíticos, pero a simple vista usamos la escala Glasgow del dolor.
La escala Glasgow consiste en otorgar puntuación a las diferentes expresiones faciales sobre todo en pacientes felinos, observamos sus orejas, ojos, la posición de los bigotes y la posición del hocico.
Una vez recopilada la información se otorga un recuento total y con ello establecemos el baremo y tratamiento acorde para su control.